Estoy entre una espada y otra espada, porque
si estuviese entre la espada y la pared,
fuera más sencillo recostarme y estar en paz
con mi alma.
Estoy entre el filo de dos espadas tan pulsante,
como este temor que yace en mi alma.
Tan pulsante, como el dolor que sufre mi otro yo.
Estoy entre dos espadas con hojas tan afiladas y cor-
tante, como los ojos de una mujer prepotente, ego-
céntrica y muy atractiva, pero en mi caso no es atractivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario