La fotografía es el arte atra vez de un lente de cámara…

lunes, 23 de septiembre de 2013

Café para dos













Café para dos: 

Es increíble como unas tazas de café pueden unir a las personas, con sólo un sorbo, unas cuantas gotas y azúcar…Es casi imposible que esto pueda unir.

Es así como somos, con nuestros gustos tan simples nos complementan, hayamos nuestros sentimientos en un fondo oscuro, que a veces tratamos de aclarar, pero no por nuestro bien sino por vergüenza como te verán los demás, pero todo esto no importa en esos minutos en que nos encontramos, sentados uno frente al otro, con un par de tazas de café, una botella de leche, un poco de azúcar y miles de emociones están fluyendo en nuestro pequeño y privado ecosistema imaginario donde sólo existimos tú, yo y nuestro café...

Créditos:  Maité Minyety

jueves, 19 de septiembre de 2013

¿Y si te escribo un poema?

¿Y si te escribo un poema? 
¿Me querrías más o me querrías menos? 

¿Y si te escribo una hermosa prosa? 
¿Has de entenderme o has de juzgarme? 

¿Y si le escribo algo tan hermoso como usted lo es? 
¿Dirías que estoy loco o que estoy cuerdo? 

¿Y si te explico lo que pasó? 
¿Me darías loco por vos o loco por mi mismo? 

¿Y si yo le quiero hasta ''El más allá''?
—¿Me me quisiese como yo le quiero o menos de lo que espero? 
(Ajeno a esto, espero que sea la primera opción.)

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Del Amor y otros Demonios, Gabriel García Marquez

... El marqués decidió que no habría una cruz por pesada que fuera que no estuviera 
resuelto a cargar. 
De modo que la niña moriría en su casa. El médico lo premió con una mirada que 
más parecía de lástima que de respeto. 
«No podía esperarse menos grandeza de su parte, señor», le dijo. «y no dudo de que 
su alma tendrá el temple para soportarlo».

Insistió una vez más en que el pronóstico no era alarmante. La herida estaba lejos del 
área de mayor riesgo y nadie recordaba que hubiera sangrado. Lo más probable era 
que Sierva María no contrajera la rabia. 
«¿y mientras tanto?», preguntó el marqués. 
«Mientras tanto», dijo Abrenuncio, «tóquenle música, llenen la casa de flores, hagan 
cantar los pájaros, llévenla a ver los atardeceres en el mar, denle todo lo que pueda 
hacerla feliz». Se despidió con un voleo del sombrero en el aire y la sentencia latina 
de rigor. Pero esta vez la tradujo en honor del marqués: «No hay medicina que cure 
lo que no cura la felicidad».

(Pasaje del Capitulo 1, pagina 19)

lunes, 9 de septiembre de 2013

Entre una espada y otra espada

Estoy entre una espada y otra espada, porque
si estuviese entre la espada y la pared,
fuera más sencillo recostarme y estar en paz 
con mi alma.

Estoy entre el filo de dos espadas tan pulsante,
como este temor que yace en mi alma. 
Tan pulsante, como el dolor que sufre mi otro yo.

Estoy entre dos espadas con hojas tan afiladas y cor-
tante, como los ojos de una mujer prepotente, ego-
céntrica y muy atractiva, pero en mi caso no es atractivo.