La fotografía es el arte atra vez de un lente de cámara…

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Del Amor y otros Demonios, Gabriel García Marquez

... El marqués decidió que no habría una cruz por pesada que fuera que no estuviera 
resuelto a cargar. 
De modo que la niña moriría en su casa. El médico lo premió con una mirada que 
más parecía de lástima que de respeto. 
«No podía esperarse menos grandeza de su parte, señor», le dijo. «y no dudo de que 
su alma tendrá el temple para soportarlo».

Insistió una vez más en que el pronóstico no era alarmante. La herida estaba lejos del 
área de mayor riesgo y nadie recordaba que hubiera sangrado. Lo más probable era 
que Sierva María no contrajera la rabia. 
«¿y mientras tanto?», preguntó el marqués. 
«Mientras tanto», dijo Abrenuncio, «tóquenle música, llenen la casa de flores, hagan 
cantar los pájaros, llévenla a ver los atardeceres en el mar, denle todo lo que pueda 
hacerla feliz». Se despidió con un voleo del sombrero en el aire y la sentencia latina 
de rigor. Pero esta vez la tradujo en honor del marqués: «No hay medicina que cure 
lo que no cura la felicidad».

(Pasaje del Capitulo 1, pagina 19)

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